Madrid. A veces el azar ofrece hallazgos inestimables que aunque de baja repercusión y probabilidad de ocurrencia, nos espabilan un tanto. Le voy a contar una de esas veces.
Ayer mismo, el periodista José F. Leal del periódico EL MUNDO publicó un excelente artículo titulado Las ‘otras’ 195.050 viviendas del INE, en el que trataba sobre la reciente publicación del informe del INE acerca de las transacciones inmobiliarias registradas en el año 2010 en España. Este informe generó ayer múltiples artículos de muchos otros medios periodísticos con titulares muy diversos, tales como:
· Aumenta la compraventa de viviendas (Europa Press)
· El espejismo de las ventas de viviendas (Cinco Días)
· El final de las ayudas provoca un aumento de las ventas de viviendas a finales de 2010 (El Mercantil de Levante)
· Las ventas de pisos crecieron un 6% en 2010 después de tres años de descensos (El Diario de Navarra)
· La venta de viviendas creció el 6,8% en 2010, tras dos años de caídas (Público
· La compraventa de viviendas sube un 6,8% en 2010 tras varios años en ‘números rojos’ (El Mundo)
· La venta de viviendas vuelve a subir en 2010 por primera vez en dos años (El País)
Pero si nos hemos fijado en el de José F. Leal por encima de todos es porque apunta al problema radical de esas estadísticas como es que un creciente número de transacciones –aquellas en las que los bancos reciben de sus hipotecados la vivienda por impago de la deuda- no se desagregan en la forma que podrían ser mucho más útiles. Esos “adjudicados” quedan “envueltos” dentro de la categoría de Otros en los cuadros del INE. Y en ella, según leemos en el artículo de referencia, se recogen, además de los que luego se llamarán “adjudicados”, otras transacciones pues esa cifra: «en ocasiones, puede reflejar concentraciones parcelarias o divisiones horizontales, y en otros casos puede tratarse de una operación conjunta, mezcla de varios títulos de adquisición, transmisiones con título de adquisición indefinido, adjudicaciones judiciales, ejecuciones hipotecarias, o daciones en pago…».
Si el lector lee la tabla original verá que de la cifra total (137.999 unidades), se desagregan otros conceptos de mucha menor potencia. Y así puede verse que se desagrega, del número total de fincas transmitidas registradas según el título de transmisión, conceptos tales como Donación (5.254 Uds.), Permutas (960 Uds.), Herencia (27.187 Uds.), correspondiendo a OTROS la cantidad de 36.447 Uds.
Esta última categoría de desagregación debería detallar cuántas de estas cifras se adjudican al Banco por impago de la deuda de sus anteriores propietarios y cuántas son realmente OTROS. En la realidad caótica de hoy, ese dato que antaño podría no ser significativo, se ha vuelto dramático. ¡Sáquese pues a la luz!
Nota última: El titular que hemos elegido se debe a uno de los comentarios que la publicación del artículo de José F. Leal ha recibido en su propia página. En ella se le reprocha agriamente que en una de las dos ocasiones que el periodista utiliza la expresión de “Cajón de sastre”, en una lo hace de ésta última forma y en otra une las palabras en la forma de “cajón desastre”. Pero nosotros pensamos que es irrelevante si esto ha sido intencionado o no o si constituye un error ortográfico del periodista o un fallo del teclado, el caso es que el artículo lleva la atención a lo especialmente relevante como es el desastre humanitario que las adjudicaciones masivas está llevando a este país, puesto que cientos de miles de familias se hayan quedado sin su vivienda o local de negocio y que otras tantas estén en el mismos camino, no puede calificarse de normal ni es social y humanamente aceptable.
