La ciudad de Cuenca se convierte en el epicentro de una revolución pedagógica con el I Encuentro GLÍA, un evento que une formación inmobiliaria, neurociencia y diseño para repensar los espacios educativos. Expertos en arquitectura, docentes e investigadores debatirán cómo los entornos físicos influyen directamente en el rendimiento académico, la motivación y el bienestar de los alumnos. El encuentro propone superar el aula tradicional y dar paso a diseños más humanos, flexibles y sensorialmente equilibrados.
La iniciativa liderada por Ana Mombiedro y Marta Blanco marca un cambio de paradigma en la formación profesional del sector educativo y arquitectónico. La jornada incluye ponencias, casos reales y talleres colaborativos que demuestran cómo el diseño puede actuar como herramienta pedagógica. La neuroarquitectura se presenta como una vía innovadora para generar espacios inclusivos y adaptados al funcionamiento del cerebro, con impacto directo en la calidad del aprendizaje.
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¿Puede un aula mejorar la atención, reducir el estrés y fomentar la creatividad del alumnado? La respuesta es sí, y está respaldada por la neurociencia.
El próximo 24 de mayo, la ciudad de Cuenca será escenario del I Encuentro GLÍA sobre Espacios para el Aprendizaje, una jornada pionera que reunirá a profesionales de la educación, la arquitectura y el diseño para repensar juntos cómo deben ser los espacios educativos del siglo XXI.
Organizado por las arquitectas Ana Mombiedro, experta en neurociencia aplicada a la arquitectura, y Marta Blanco, especialista en comunicación y neuroarquitectura, este encuentro propone una reflexión profunda y práctica sobre el entorno físico como herramienta pedagógica.
El evento abordará cómo la neurociencia aplicada al diseño de espacios puede incidir positivamente en el rendimiento académico, la motivación y la salud emocional del alumnado. El encuentro busca romper con el paradigma del aula tradicional. Frente a un modelo basado en la rigidez del pupitre y la pizarra, Encuentros GLÍA propone entornos dinámicos, sensorialmente equilibrados y adaptables a distintos estilos de aprendizaje.
“El diseño del espacio no es un elemento neutro; condiciona la atención, la creatividad y la interacción entre alumnos y docentes”, afirma Ana Mombiedro, arquitecta, neuropsicóloga y docente universitaria. “Es hora de repensar cómo habitamos nuestras escuelas para alinearlas con lo que sabemos sobre cómo funciona el cerebro”.
El programa incluye ponencias de expertos como Pablo Amor, que presentará la transformación del patio escolar de Ses Marjades en Mallorca; Margarida Castellano, que abordará la lectura desde el bienestar corporal; Desirée Sánchez, abordando la ambientalización y creación de atmósferas; y la propia Ana Mombiedro, quien introducirá las claves de la neuroarquitectura aplicada al entorno educativo. Además, se celebrarán talleres colaborativos y espacios para la conexión entre participantes y ponentes, además de la reflexión compartida por los asistentes.
Dirigido a docentes, equipos directivos y profesionales de la arquitectura interesados en la innovación educativa, el I Encuentro GLÍA se posiciona como una cita clave para repensar el papel de los espacios físicos en el aprendizaje del siglo XXI. Un punto de encuentro entre disciplinas que tradicionalmente han trabajado por separado, pero que encuentran en la neuroarquitectura un lenguaje común para construir entornos más humanos, inclusivos y eficaces.