Con la boca pequeña y sin hacer mucho ruido los responsables del Real Automóvil Club de España (Race) han vuelto a poner sobre la mesa la recuperación del viejo circuito del Jarama. De momento, no se quiere ni oír hablar de la posibilidad de que Madrid vuelva a albergar carreras del Mundial de F1 o de Motociclismo, pero ya veremos.
Desde que en 1981 el Jarama acogiera la última carrera de Fórmula 1 y en 1998, en sustitución de otra sede fallida, viera cómo se llenaban por última la vez las tribunas para una prueba del Campeonato del Mundo de Motociclismo, el Jarama solo abre sus puertas para el Campeonato de Europa de Camiones y distintas pruebas nacionales, así como para todo tipo de eventos para los que el Race alquila las instalaciones y obtiene unos ingresos extraordinarios.
En las últimas dos décadas sobre el circuito y esa posibilidad de que volvieran a Madrid las pruebas más atractivas del motor se ha dicho de todo. Desde su desmantelamiento de cara a recuperar el espacio para otros usos a acometer una reforma en profundidad.
En Pinto, promotores inmobiliarios y el propio Race daban prácticamente por hecho que el conocido Espacio del Motor sería una realidad a mediados de la pasada década, pero la crisis inmobiliaria –el desarrollo iba ligado a la construcción de miles de viviendas en la zona aledaña– lo echó todo por tierra. Llegó a contar hasta con licencia de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).
También se estudió la posibilidad de hacer un nuevo circuito del Jarama, próximo al actual, en unos terrenos próximos a la T4 del aeropuerto de Barajas. Se hicieron los números. Unos 250 millones de inversión para comprar los terrenos y construir el trazado, y la generación de unos ingresos anuales de 150 millones.
Tampoco se avanzó nada. Lo mismo que sucedió con la idea de hacer un nuevo circuito en Valdecarros, el proyectado nuevo barrio residencial del sureste de la capital en el que se piensa hacer de todo menos viviendas. Fue el circuito y fue también la baza de Madrid para albergar el polémico megacasino de Eurovegas
Ahora, los responsables del Race vuelven a la carga, y acaban de presentar el proyecto ‘Jarama 2021’. Tres fases para modernizar las instalaciones, ampliar y cubrir parte de las gradas y construir un edificio con la forma del trazado del circuito para albergar las colecciones del Race. y, si todo sale según lo previsto, incluso un Museo Nacional del Automóvil. Se requieren unos 20 millones, de los que el Race se ha comprometido a aportar el 15% de sus fondos propios.
La primera fase del proyecto, que empezará a principios de 2014 y podría estar terminada en la primavera de 2015, consistirá en la rehabilitación en profundidad de la torre del circuito. En la parte alta, espacio para albergar zonas de esparcimiento y restauración desde las que ver las carreras, y, en su base, restaurantes y un salón de actos.
La segunda fase se corresponderá con una ampliación de la tribuna de 100 de metros para dar cabida en su interior a salas de reuniones y al área de boxes. En último lugar, ya en una tercera fase más lejana, cuya finalización está prevista para 2021, se construirá un edificio con la forma del trazado del Jarama.