En 2019 la cifra de ingresos agregada de las cuarenta mayores sociedades inmobiliarias superó los 11.700 millones de euros, lo que supuso un 9% más que en el ejercicio anterior. No obstante, este crecimiento fue inferior al registrado en 2018.
El sector inmobiliario se enfrenta a un notable deterioro de la demanda, especialmente en el segmento residencial, como consecuencia del impacto de la pandemia de la COVID-19.
Estas son algunas conclusiones del estudio Sectores «Sociedades Inmobiliarias» publicado recientemente por el Observatorio Sectorial DBK de INFORMA.
Según el Observatorio Sectorial DBK de INFORMA (filial de CESCE), líder en el suministro de Información Comercial, Financiera, Sectorial y de Marketing en España y Portugal, la facturación agregada de las cuarenta principales sociedades inmobiliarias se situó en 11.733 millones de euros en 2019, lo que supuso un 8,9% más que en 2018, año en el que aumentó un 18,9%.
Así, el mercado inmobiliario ralentizó su ritmo de crecimiento, acusando los primeros síntomas de agotamiento del ciclo económico alcista, especialmente en el ámbito residencial, cuyos indicadores se vieron afectados por la pérdida de fortaleza del consumo de los hogares.
Respecto al valor de los trabajos de construcción, la edificación residencial fue el área de mayor dinamismo, al contabilizar un aumento del 9,3% en 2019. El número de viviendas iniciadas registró un incremento del 5%, mientras que el número de viviendas terminadas creció un 20%.
La edificación no residencial fue un 8,8% superior a la del año anterior. En este ámbito, la superficie visada de obra nueva no residencial aumentó un 10%, situándose en 5,79 millones de metros cuadrados al cierre de 2019. La superficie contratada en el mercado de oficinas prolongó su crecimiento tanto en Madrid como en Barcelona, lo que propició, a pesar del aumento de la oferta, una reducción de las tasas de desocupación.
En un contexto de gran incertidumbre sobre la duración de la crisis sanitaria y fuerte impacto económico de la pandemia de la COVID-19, se anticipan unas condiciones del mercado desfavorables para la rentabilidad del sector inmobiliario, con un notable descenso de las operaciones de adquisición, tanto de viviendas como de inmuebles no residenciales, y una caída de los precios.
El refuerzo del posicionamiento en el mercado de alquiler de viviendas está siendo una estrategia generalizada en este escenario. Esta área de negocio continúa atrayendo inversiones por parte de fondos privados, sobre todo en promociones creadas específicamente para el arrendamiento (built to rent).
El sector se caracteriza por una fuerte atomización de la oferta, al integrar a un alto número de empresas de pequeño tamaño. En enero de 2019 estaban inscritas en los epígrafes correspondientes al sector inmobiliario de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) cerca de 192.000 sociedades, de las que más el 95% tenían menos de tres empleados (incluyendo empresas sin asalariados).