El Ayuntamiento de Barcelona ha identificado un total de 228 establecimientos emblemáticos, mientras que 161 quedan descartados y, por tanto, se les levanta la suspensión de licencias decretada hace un año. Un nuevo catálogo patrimonial los clasifica en tres tipos según el grado de protección que necesitan recibir.
La emblemática Cuchillería Roca, en la plaza del Pi, es una de las 228 tiendas singulares de Barcelona que el Ayuntamiento ha decidido incluir en el nuevo catálogo de protección patrimonial. Por el contrario, 161 han quedado descartadas y, por tanto, se les ha levantado la suspensión de licencias decretada hace un año.
Un total de 32 tiendas han recibido la máxima distinción (tipo E1) al demostrar que conservan la mayoría de los elementos patrimoniales, tienen una antigüedad acreditable y en ellas se realizan actividades comerciales singulares de notoriedad. Forman parte de este grupo la Casa Beethoven o la Cuchillería Roca, entre otros.
En un segundo grupo (tipo E2) se han clasificado las tiendas que a pesar de conservar elementos de valor, estos se han visto afectados a raíz de actuaciones que se han llevado a cabo. Se trata del grupo más numeroso, con 152 establecimientos a los que tampoco se permite hacer ninguna otra modificación. Es el caso de la Sombrerería Prats o El Rey de la Magia. Finalmente, hay 42 que tienen elementos de interés paisajístico que no pueden desaparecer, como el termómetro de la avenida del Portal del Àngel (tipo E3).
El catálogo forma parte del Plan Especial de Protección y Potenciación de la Calidad Urbana, que va más allá: “Nuestra voluntad es hacer que la identidad de la ciudad sirva para potenciar precisamente la calidad de vida de Barcelona”, asegura Antoni Vives, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona.
El plan, que determina zonas de actuación específica, como Ciutat Vella, el eje central del Eixample, Sant Andreu, Poblenou, Gràcia o la Sagrada Família, se ha aprobado inicialmente y ahora está en fase de exposición pública .
El plan también establece medidas urbanísticas y de paisaje urbano que deben permitir evitar la tematización de las calles. Vives ha puesto un ejemplo: “Puede ocurrir que se eliminen cinco o seis bajos y se coloque el cartel de una franquicia haciendo que aquella calle deje de tener la originalidad que tenía desde el punto de vista patrimonial o arquitectónico. Esto es lo que no queremos que pase de ninguna de las maneras”, concluye el teniente de alcalde.
En este sentido, se quiere evitar, por ejemplo, que pueda cambiarse la estética general de los edificios con rotulación e iluminación inadecuadas de los comercios ubicados en las plantas bajas.