Madrid. No hay mal que por bien no venga. Curiosamente, la definitiva espantada del BBVA, la entidad presidida por Francisco González, del capital del banco malo, la denominada Sareb, va a servir para que, de una vez por todas, el valor de los activos que se van a traspasar en lo que queda de mes, desde los cuatro bancos nacionalizados a la nueva sociedad, sea el más actualizado posible, como se recoge en el real decreto del Gobierno. Y es que al Ejecutivo, al no contar con esos cientos de millones que supuestamente iba a aportar del BBVA, se ha quedado corto en sus previsiones de acopio de capital para esa Sareb.
Las consecuencias son de agradecer. Una primera, que el precio de las viviendas va a sufrir un nuevo recorte, mucho más adecuado al momento actual, dejando, por tanto, de tomar como referencia el valor al que las entidades financieras contabilizaban estos activos hace un año, y que fueron, además, los que sirvieron a Oliver Wyman para hacer su informe. Muchos, entonces, cuando la consultora puso sobre la mesa las necesidades de capital necesarias, ya dejaron caer esta eventualidad, que ahora se va a confirmar de pleno.
Habrá que ver exactamente cómo queda la cosa. En principio no se modifican los porcentajes fijados –de 45,6% de descuento al crédito promotor y sobre el 63,1% de los activos adjudicados–, sino que se aplicará un descuento del valor de los activos sobre el que tenían hace un año.
Tomemos como supuesto que se fija un descuento del 10% sobre ese valor manejado hasta ahora. Pues bien, la entidad que contaba con recibir 1.500 millones por el traspaso de sus activos a la Sareb, solo recibirá 1.350 millones. Los 150 restantes los deberá contabilizar como pérdidas en el balance, aunque también es verdad que reduce las exigencias de fondos propios y aumenta el dinero requerido para alcanzar las necesidades de su déficit de capital.
El berenjenal del banco malo no ha hecho más que empezar. Este sábado empezará todo de verdad con el volcado informático de los activos, desde los bancos a las bases de datos de la Sareb. A partir de ahí, mil y una casuística diferente que deberá resolverse sobre la marcha. Para empezar, determinar de dónde va a salir la financiación para que se compren los activos traspasados de la nueva sociedad. Algo contemplado de forma muy ambigua y que se convierte en uno de los aspectos cruciales para el éxito futuro del banco malo español.