Madrid. Ya le he contado en otros muchos artículos la nula credibilidad que, en estos tiempos de Caos, hay que darle a las predicciones económicas por muy prestigiadas que parezcan ser las fuentes que las emanan. Intentar predecir el futuro en tiempos de Caos es sólo especular sobre el futuro posible pero el Futuro Que Será seguramente no se parecerá en nada al Futuro Probable que estos modernos mago aventuran y que podrá estar, o no, cerca de él o del Futuro Optimista, el más Pesimista, el Dorado o el Catastrófico o de cualquier otro futuro posible.
La creencia en un futuro concreto –por ejemplo lo que se ha publicado hoy sobre el futuro inmediato de España, a causa del préstamo de 100.000 millones de euros, por algunas agencias de calificación- no es más que superstición, eso sí apoyada, en esta moderna situación con listas de gráficos, tablas, estudios, sesudas reflexiones, anotaciones, referencias a autoridades y a premios Nobel, etc., en vez de basarse en ´la disposición de las entrañas de los animales sacrificados, posos de té, formas en las que caen los huesos arrojados al aire, combinaciones de cartas con dibujos delirantes, etc., que utilizaban los adivinos anteriores. Han cambiado los instrumentos, las herramientas, las formas, los apoyos, las formas de exposición, etc., pero tanto adivinos como analistas modernos comparten el mismo y errado concepto: que el futuro puede ser evaluado antes de que ocurra, que el futuro puede adivinarse (o inventarse o construirse o…) y que nuestras ideas sobre el mismo deben de ser las guías para nuestra actuación. Esos creyentes desean conocer (pre-ver) el futuro para que la predicción oriente su conducta… Esto no es sino pura magia, pura superstición, pues en situaciones de Caos como la actual, el horizonte de sucesos –lo que ocurrirá- es impredecible.
Ya en otra ocasión le he contado que la Prospectiva, el Método de los Escenarios, los Sistemas de Alerta Temprana y la Respuesta Rápida a lo que va ocurriendo y es detectado, es un camino racional, posible, deseable y necesario. Y es la, por el momento única conocida, vía racional para manejarse en el Caos. La Prospección no es una guía para actuar frente a lo que vendrá –pues no puede saberse a ciencia cierta qué ocurrirá- sino una guía para establecer qué opciones pueden ocurrir, qué medidas resultarán acertadas en cada escenario de los estudiados, la creación de planes de actuación para cada uno de ellos, la puesta en servicio de un sistema que monitorice lo que está ocurriendo momento a momento y un sistema que nos indique permanentemente la actuación más adecuada ante las solicitaciones instantáneas del Entorno
Pero hoy no quiero insistirse en esto –ya volveremos sobre ello si los lectores quieren- sino en la autoridad y valencia de los que emiten informes económico-financieros sobre lo que va a ocurrir. Y así… ¿son estos mismos expertos que ahora califican negativamente un hecho como el del préstamo a España indicado, los que cuando se estafó al planeta entero con la venta de las hipotecas subprime las calificaron con la mejor nota posible?… ¿Son los que calificaron sin ningún tipo de duda la bondad de unos productos financieros que casi nadie entendía y que han sido causa de que multitud de personas hayan perdido sus ahorros, al fiarse de aquella calificación y de la autoridad del que los emitía?… ¿Son los mismos que una semana antes de que un poderosísimo banco USA quebrase lo habían calificado como de Triple A? … ¿Y nada de eso va a tener consecuencias negativas para los que así procedieron?
Pero seamos piadosos… ¿Y si –en la hipótesis más favorable para ellos- se equivocaron entonces, podrían también equivocarse ahora? ¿Podrían haberse equivocado en los dos momentos? ¿Qué crédito o autoridad pueden tener después de lo de las subprime? Durante siglos el oráculo de Delfos gozó de una fama extraordinaria pues sus predicciones se cumplían (que la expresión ambigua de sus predicciones lo permitiese es la razón de sus numerosos aciertos. Véase por ejemplo nuestro artículo Creso el último rey de Lydia) pero ¿cuál puede ser la credibilidad de las agencias de calificación tras su actuación en los inicios de la Crisis? Pues si no han cambiado sus procedimientos y su Cultura Corporativa desde entonces, yo creo que ninguna.
Sería un error sin embargo el despreciarlas pues el daño que producen puede arruinar a cualquiera. Que sus predicciones vayan a resultar probablemente rayas en el agua no debe de ocultar que sus efectos instantáneos sean devastadores y es que “los creyentes” en el valor de sus predicciones pueden ser muy numerosos incluso entre personas racionales. Tome nota y recuerde además que ni Moodys es Casandra ni sus predicciones tienen el acierto que tenían las de la hija de Príamo, el último rey de Troya.
Miguel Villarroya Martín
Postdata oscura: Mi amigo, el ácido, me dejó ayer preocupado cuando me habló de un atractor “nuevo” operando en este Caos, como sería la siniestra actuación de los mercados internacionales contra Alemania (Europa en general) utilizando la Crisis financiera como herramienta de destrucción masiva. Se trataría de arruinar el proyecto europeo e incidentes como el que estamos comentando no serían sino una de las muchas y distintas batallas en curso.
Yo no sé qué pensar de eso pero que algunos de los que estaban cuando se diseñó la Crisis -o la facilitaron en alguna medida- estén también ahora de protagonistas secundarios en la conflagración financiera que padecemos, me choca realmente. ¿Seremos nosotros los europeos las victimas sacrificiales que el Becerro de Oro exige ahora a sus elegidos?
