Madrid. Al final ha sido el BBVA el que se queda con Unnim, el SIP formado por Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu cuyo control asumió el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) el pasado 1 de octubre tras inyectar 568 millones de euros de capital público.
Una entidad que, como se especificaba en el cuaderno remitido por el banco de inversiones japonés Nomura a los interesados en la subasta, cuantificaba la existencia, hasta el pasado 30 de septiembre, de 1.444 millones impagados de los 17.314 millones que suma la cartera crediticia con que cuenta la entidad. En su mayoría, de promotores, aunque también, en número creciente, de familias.
El ratio de morosidad de los activos en riesgo sobre el total del crédito roza el 10%. Para cubrirse ante estos impagos, Unnim cuenta con un fondo de provisión por deterioro de 567 millones de euros (coincidente con el importe de la recapitalización efectuada por el FROB) que, si se consideran las garantías reales hipotecarias, equivale a una cobertura de los deudores en mora del 116%.
Si el 31 de diciembre de 2010, el crédito vivo con finalidad promotora y de construcción se elevaba a 3.527 millones de euros –de los que se calificaban como dudosos 615 millones y 535 como subestándar–, nueve meses después ese crédito había descendido por debajo de los 3.000 millones pero, sin embargo, los dudosos (con tres o más vencimientos impagados) suman ya más de 1.000 millones y los subestándar han rebasado los 500 millones.
Para cubrir el desfase entre las cantidades prestadas y las tasaciones de las garantías que cubrían estos préstamos, Unnim contaba con un Fondo de Pérdida Esperada que quedó consumido el pasado 30 de junio. Razón por la que los 187 millones de euros de dotaciones adicionales realizadas durante el tercer trimestre, junto a los 77 millones de gastos extraordinarios para el proceso de integración de la fusión de las tres cajas, han llevado a contabilizar 107 millones de pérdidas a 30 de septiembre, cuando tres meses antes las ganancias habían sido de 25,4 millones.
Por lo que a la gestión de activos adjudicados se refiere, los responsables de Unnim, con Antoni Abad a la cabeza, han logrado comercializar (vender o alquilar) 1.430 viviendas en los nueve primeros meses del año, por un importe de 348,2 millones de euros, siendo especialmente intensa la actividad desarrollada durante el tercer trimestre, periodo en el que ha logrado ‘colocar’ casi el 45% del total de inmuebles y el 40% de lo facturado, gracias, en buena medida, a la agresiva campaña promocional apoyada en diversas jornadas de puertas abiertas en varias localidades catalanas.
El BBVA contará con el Esquema de Protección de Activos (EPA) para cubrir futuras pérdidas tras la venta de los activos inmobiliarios más tóxicos. Una protección de activos mucho menos gravosa que la obtenida por el Sabadell en la reciente compra de la CAM, ya que el peso del ladrillo de la caja alicantina es ocho veces superior al que tiene Unnim, cuyo verdadera debilidad radica en unos márgenes financieros y de negocio muy débiles, certificados por un retroceso interanual del 35,6% hasta el 30 de septiembre en cuanto a los márgenes de intereses se refiere.