La reforma del sector eléctrico llevada a cabo por el Gobierno ha provocado un sinfín de reacciones entre los afectados por el recorte de las primas a la producción de energías renovables.
Dentro y fuera de España. En el exterior, con decenas de demandas ante instituciones de arbitraje internacionales que ya veremos en qué quedan, y aquí, con las asociaciones que agrupan a las empresas que han visto mermados los intereses haciendo todo lo posible para hacer ver el, a su juicio, gran error cometido. Sobre todo viendo, a la vista de las inversiones que se está produciendo, que la alternativa energética renovable resulta imparable.
Lo último que han ideado es una campaña de movilización social (#CaminoDelSol) que busca impulsar una transición rápida hacia un nuevo modelo energético basado en el uso prioritario de las tecnologías de generación renovable.
Organizada por la patronal Anpier, en colaboración con Greenpeace, y con la participación de los más importantes referentes del sector renovable, la campaña se inicia con la presentación del ‘Bus del Sol’, un autobús informativo que, acompañado de una exposición itinerante, recorrerá toda España para difundir información sobre las numerosas cuestiones sobre energía que los ciudadanos quieren conocer pero que, por no ser intuitivas, no alcanzan a comprender.
Se quiere incidir con la campaña en el hecho de que las barreras para lograr la implantación de un modelo energético renovable no son tecnológicas, sino empresariales y políticas.
Los argumentos que llevarán a todas las comunidades autónomas, los ya conocidos. Que las energías renovables son limpias, seguras, inagotables, autóctonas, reducen las importaciones de combustibles fósiles, evitan servidumbres geopolíticas, resultan baratas, generan empleo y, para España, dada su situación geográfica y su climatología, son una oportunidad de progreso irrenunciable. Además, de ofrecer la manera más efectiva de combatir las consecuencias del Cambio Climático.
Datos positivos que contrastan con los apenas 43 megavatios de energías renovables instalados en España en 2014. Y, de ellos, solo 7 fotovoltaicos. Un dato especialmente llamativo teniendo en cuenta la exposición al sol con que cuenta nuestro país, y cómo en países donde esa exposición es infinitamente menor la producción, sin embargo, es inmensamente mayor. El pasado ejercicio, Alemania instaló 2.000 megavatios y el Reino Unido 2.500.