Ni oficinas, ni parques logísticos. Pisos y más pisos para ser destinados al alquiler. Y si pueden ser vacacionales, mejor que mejor.
Plataformas como Airbnb han sido muy criticadas, y lo sigue siendo, por el modo en el que han irrumpido en el sector del alquiler por un periodo corto de tiempo. Y algunos inversores se han dado cuenta de que ahí hay un negocio de crecimiento exponencial y sostenible.
El fondo Tauro, montado a principios de 2014 por José María Xercavins, tras haber gestionado durante años los activos de Metrópolis, es uno de esos vehículos de inversión que se han metido de lleno en esta estrategia.
Lo hace sabiendo que se trata de uno de los nuevos filones del sector inmobiliario en la salida de la crisis. Las cifras de rentabilidad bruta anual se situaron en marzo en el 6,18% y, como acaba de publicar el Banco de España en uno de sus últimos informes, esa rentabilidad ya roza el 11%.
De momento, ya cuenta con más de 300 pisos -en su mayoría, apartamentos turísticos con licencia de actividad- distribuidos en 14 edificios, 11 en Barcelona y 3 en Madrid. Y la idea es llegar, en una primera etapa, a alcanzar una cartera de hasta 500 viviendas.
Compras que han sido posibles por las nueve ampliaciones llevadas a cabo desde que, en febrero de 2014, echara a andar el fondo del que forman parte la flor y nata del empresariado catalán, como, José Creuheras, máximo responsable del Grupo Planeta, el ex propietario de Panrico, Albert Costafreda, y Silvio Elias, uno de los antiguos dueños de Caprabo.
Los iniciales 10 millones de capital prácticamente se ha han triplicado hasta 28,6 millones. La última ampliación, de 360.000 euros, fue inscrita en el Registro Mercantil el pasado 6 de julio.
La última compra de Tauro ha sido un edificio en Madrid, en la avenida de la Ciudad de Barcelona, a tiro de piedra de la estación de Atocha. Un edificio de reciente construcción, con 31 pisos y 50 plazas de aparcamiento, adquirido a Construcciones San Martín por 9,2 millones de euros.
Entre los inmuebles adquiridos en Barcelona, destacan los dos comprados al grupo inmobiliario Petrus. Sendos bloques, con 22 viviendas turísticas, conectados por un sótano de cuatro plantas en su parte posterior, y ubicados entre la avenida Roma y la calle Aragón.