Según los datos facilitados por el INE correspondientes al IV trimestre de 2013, el número de autónomos con trabajadores contratados (empleadores) era a finales de 2013 de 80.100, mientras cinco años atrás, en el mismo trimestre de 2008 era de 205.000.
Ello supone que en los últimos cinco años de crisis se han perdido 124.900 actividades de autónomos en la construcción que además tenían trabajadores asalariados contratados, nada menos que el 60,9% de los que había a finales de 2008., lo que da idea del impacto de la crisis en el sector. Además la actual situación no parece haber tocado fondo ya que en el último año (2013) se perdió un 10,3% de autónomos empleadores en el sector en relación a 2012.
Para María José Landáburu, secretaria general de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), “es preocupante que la Construcción no de signos de recuperación y que después de casi 6 años de crisis continúe destruyendo actividades de autónomos con trabajadores contratados a un ritmo anual del 10%. La preocupación es mayor si tenemos en cuenta que el sector Construcción tiene efectos directos sobre la actividad de una parte importante de la Industria y los Servicios”.
Para Landáburu, “es difícil asumir que hoy el sector de la construcción en cuanto a autónomos empleadores es menos de la mitad de lo que era 5 años antes, ya que además de perder el empleo del trabajador por cuenta propia se han perdido los de los trabajadores asalariados en tenía contratados”
A juicio de Landáburu, “a la explosión de la burbuja inmobiliaria se han unido otros factores muy perjudiciales para el sector construcción, como: la caída de la demanda interna; la falta de financiación para autónomos, empresas y familias; y los importantes recortes en inversiones realizados por el Gobierno de España y del conjunto de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos. Todo ello ha conformado un escenario de enorme dificultad para los autónomos del sector que se ven obligados a abandonar la actividad ante la falta de perspectivas de trabajo”.
María José Landáburu señala “que esta situación debería preocupar y ocupar más al Gobierno de España, que entre otras cosas debería establecer planes específicos para activar el sector y sacarlo de este agujero de destrucción de empleo que no cesa. La rehabilitación, la vivienda pública de alquiler y la mejora energética de los edificios son ámbitos que el Gobierno debería explorar, junto con la mejora de la inversión pública. Igualmente es determinante para el sector recuperar el crédito para familias, autónomos y microempresas”.