Una de las mayores preocupaciones de los propietarios es la de si el inquilino cumplirá con el pago de cada mensualidad. De hecho, la morosidad en el alquiler creció un 3,9% el año pasado en nuestro país, según el X Estudio sobre la Morosidad en Arrendamientos Urbanos en España realizado por Fichero de Inquilinos Morosos (FIM). Según el informe, un inquilino moroso adeuda de media más de 6.000€. Evidentemente, este dato no deja tranquilo a nadie que tenga intención de alquilar su piso o casa.
¿Cuándo se considera moroso un inquilino?
La abogada de la compañía de Defensa Jurídica, ARAG, Montserrat Martín, explica que «se considera que un inquilino es moroso cuando te debe mensualidades de renta, suministros o cualquier otro concepto que proceda del contrato de alquiler«.
¿Qué debes hacer ante el impago por parte del inquilino?
Es aconsejable que envíes un burofax al arrendatario reclamando los importes que te debe. Si en el plazo de un mes desde su recepción sigue sin pagar puedes acudir a los juzgados para tramitar un procedimiento de desahucio para que el inquilino deje de vivir en tu vivienda. Debes tener en cuenta que «el hecho de que envíes el burofax antes del juicio hace que el arrendatario, aunque pague dentro del procedimiento judicial, no pueda mantener el contrato de alquiler en vigor y se procederá al desahucio», señala la abogada de ARAG. Y añade que para que éste pueda seguir con el contrato «le debes avisar previamente para que pueda pagar su deuda en el juzgado». En caso de que con este mismo inquilino hubiera un segundo impago, entonces sí que se llevaría a cabo el desahucio por impago.
Claves para encontrar un buen inquilino
Para asegurarte de que pueda ser un buen inquilino en cuanto a cumplir los pagos, puedes comprobar su solvencia a nivel de ingresos. Pero si quieres estar aún más seguro puedes pedir un aval, tanto personal como bancario. Y legalmente también puedes pedirle garantías adicionales, aparte del pago de la fianza, para destinar a cubrir posibles impagos o destrozos en la vivienda.
Contratar un seguro de alquiler es una buena solución
ARAG Alquiler es una póliza que da garantías a los propietarios que alquilan su piso ante cualquier imprevisto, incluso en casos de impago. En primer lugar porque antes de la contratación de la póliza, ARAG realiza un estudio del futuro inquilino verificando su solvencia tanto a nivel de ingresos como que no conste en ningún fichero de morosidad.
El seguro se hace cargo de las rentas impagadas por parte de los arrendatarios hasta que se solucione el problema legalmente y siempre según los límites establecidos en el momento de contratación de la póliza. También se ocupa de la defensa y la reclamación en caso de incumplimiento de contrato y la indemnización por actos vandálicos ya sea al contenido como al continente. ARAG Alquiler proporciona defensa de responsabilidad penal y el asegurado cuenta también con un servicio de atención jurídica telefónica a su disposición para resolver cualquier duda legal.