El Banco Santander está a punto de tener nuevo casero en su Ciudad Financiera de Boadilla del Monte, en Madrid.
Después de un largo periplo, derivado del concurso de acreedores del hasta ahora propietario, Marme Inversiones -la sociedad a través de la cual varios inversores británicos compraron a la entidad financiera, en 2008, su propia sede-, el fondo AGC Equity Partners -en su mayoría capital procedente de inversores de Kuwait- han presentado una oferta de unos 2.400 millones de euros, que ha sido aceptada por el juez de lo Mercantil 9 de Madrid y, también, por el banco presidido por Ana Patricia Botín.
Marme Inversiones lleva en concurso desde principios de 2014, cuando sus dirigentes, los británicos Glenn Maud y Derek Quinlan, entraron en concurso al no poder afrontar el crédito de casi 1.900 millones que recibieron para comprar el complejo financiero, de los que el propio Santander aportó algo más de 300, los millones correspondientes al IVA de la operación.
AGC Equity Partners, que tiene hasta finales de noviembre para cerrar la operación, es un fondo radicado en Londres que gestionada cerca de 3.000 millones de euros procedentes de varias fortunas de Oriente Medio, entre las que destacan algunos fondos soberanos. Está dirigida por Walid Abu-Suud, un ejecutivo que trabajó 18 años para la Kuwait Investment Office (KIO), y por Khalil Amiouni, un exbanquero del banco de inversión estadounidense Merrill Lynch.
Desde que esta sociedad entrara en liquidación, el interés por este activo ha sido muy alto, sabedores los inversores de esos 80 millones de euros anuales que paga el Santander como inquilino.
El único obstáculo que queda por salvar es el del inversor financiero de origen Robert Tchenguiz, que se ha opuesto a la oferta de AGC. De momento, este fondo está en conversaciones con este opositor para que se adhiera a la operación. Aunque, de no hacerlo, también saldría adelante, al tener el visto bueno de más del 75% de acreedores.
La mayoría de la deuda vinculada a esta inversión está en manos de fondos oportunistas, de CaixaBank y del propio Santander. Con el paso del tiempo, estos fondos han ido adquiriendo los créditos aportados por HSH Nordbank, Royal Bank of Scotland, ING, Bayerische Landesbank, Raffeisen y Deutsche Postbank. Estos dos últimos vendieron casi 400 millones de deuda a los fondos Canyon, GSO, Monarch, CCP y Burlington.