Madrid. Seis años han esperado en Quabit para presentar una querella contra Enrique Bañuelos, el propietario de la antigua Astroc. Lo hace el grupo presidido por Félix Abánades un tanto a la desesperada, cuando varias de las empresas del Grupo Rayet están en quiebra y Quabit la intenta evitar por todos los medios a pesar de que los números presagian que al final no le quedará otra alternativa.
En la demanda de responsabilidad social, admitida a trámite por los juzgados de lo Mercantil de Valencia, le piden a Bañuelos casi 300 millones de euros por presuntas irregularidades contables durante los años 2006 y 2007, con el ‘maquillaje’ de los informes de auditoría que entregó en la creación de Afirma, el grupo cotizado posteriormente redenominado Quabit.
Abánades y Bañuelos impulsaron en 2008 la integración de Astroc, Landscape y Rayet Promoción en una sola marca. Anteriormente, en 2006, Astroc había comprado Landscape y el 60% de Rayet Inmobiliaria por 1.400 millones de euros. Pero cuando salieron a la luz las anomalías contables de Bañuelos no se pudieron abonar los créditos de esta operación y, al final, Rayet se quedó con la antigua Astroc, incluidas las deudas.
En la querella, Abánades asegura que su ex socio le perjudicó y le reclama judicialmente 189 millones de euros por los daños y perjuicios causados por contractos con Astroc y otros 105 millones en concepto de restitución del los contratos pagados por Rayet, y deja la puerta abierta a acudir a la vía penal si no prospera la demanda de responsabilidad civil.
La querella se produce después de que Enrique Bañuelos, que ya dejó en la estacada a Félix Abánades una vez en 2007, cuando salió de Astroc, moviera los hilos sibilinamente para dejarlo tirado otra vez en la refinanciación de Rayet.
El intrincado cruce de participaciones entre ambos es más o menos el siguiente. Bañuelos poseía, a través de su sociedad de inversión Kavaal Real State Capital, el 50% de la empresa Martibalsa, que a su vez es el segundo mayor accionista de Quabit, con el 24,6% (el primero es Rayet, con el 44,8%). Con lo que, indirectamente, Bañuelos controlaba algo más del 12% de Quabit.
Martibalsa era una sociedad del empresario valenciano Vicente Cotino, que en 2008 se hizo con deuda que el grupo Nozar tenía en Astroc, intercambiándola por acciones de la inmobiliaria. En diciembre de 2009 Cotino anunció a la Comisión Nacional del Mercado de Valores en un escueto comunicado que había vendido Martibalsa. El comprador fue la sociedad Crein, inmobiliaria de Juan José Galiano.
El pasado mes de noviembre, tras la comunicación de Abánades a la Comisión Nacional del Mercado de Valores en la que anuncia la solicitud de concurso voluntario de acreedores para Rayet, se ha sabido que la antigua Kavaal –ahora denominada Vallcab Capital– ya intentó poner a Rayet contra las cuerdas el pasado mes de julio, cuando comunicó su intención de instar un concurso necesario de acreedores, ante lo cual Rayet se acogió al preconcurso el pasado 12 de julio.
Kavaal pasó a denominarse Vallcab (acrónimo del apellido del también empresario valenciano Miguel Valldecabres) el pasado mes de junio, e inmediatamente después solicitó el concurso necesario para salvaguardar sus intereses en Quabit. Bañuelos vendió los derechos de crédito en Rayet a Valldecabres al traspasarle la sociedad Kavaal, que mantenía una deuda de 80 millones con el grupo de Abánades.
No obstante, en la misma nota remitida a la CNMV por Félix Abánades, se informaba de que Rayet negaba legitimidad a esa deuda con Vallcab por “vicios dolosos en su origen” y asegura que, ante ellos, se “propone ejercitar las acciones legales oportunas”, lo que finalmente ha sucedido.
La situación se asemeja mucho a la que también se dilucida en los tribunales entre Manuel Jove y Fernando Martín. En este caso, por el supuesto abultado estado de cuentas que Jove presentó a Martín para que este accediera a comprar Fadesa y fusionarla con Martinsa. De momento, los tribunales no parecen ver ningún tipo de delito en aquella operación, y están sentenciado a favor de los intereses de Jove.