Madrid. La sentencia del Tribunal europeo acerca de lo abusivas que habían sido algunas cláusulas incluidas en los préstamos hipotecarios españoles no era vinculante, pero algunos jueces españoles la están empezando a aplicar al pie de la letra para determinar la anulación de esos contratos.
De momento, son solos unos pocos los que lo han hecho, pero el número va en aumento, y habrá que seguir la pista a lo que sucede en las próximas semanas. Para los jueces que lo estimen conveniente, ya circula por la red hasta modelos de ‘sentencias tipo’ para anular esos contratos. Y los argumentos que algunos de los letrados están relatando son demoledores.
“En los tiempos en que vivimos, no tiene ninguna justificación, salvo el afán de enriquecimiento de las entidades financieras, el establecimiento de intereses moratorios superiores, ni siquiera en un punto, a los intereses normales, dado que ninguna pena o sanción se puede imponer a quien ninguna culpa tiene por no poder atender a un préstamo hipotecario”, comenta en un auto del 8 de abril de 2013 el juez Juan José Cobo Plana, titular del Juzgado de Primera Instancia nº 4 de Arrecife.
No se queda ahí. “A la vista de la doctrina jurisprudencial que se acaba de exponer, y que es de obligado acatamiento por este Juzgador, siendo el tipo fijado para los intereses moratorios del préstamo hipotecario que dio origen al presente procedimiento del 19 %, este Juzgador entiende que el mismo es abusivo y usurario”, apunta.
Considera el juez Cobo “un abuso inmoral, que, desde luego, no puede ser amparado ni consentido por los Tribunales de Justicia, el que, en la época de crisis profunda en que nos encontramos, las entidades financieras sigan fijando y manteniendo unos tipos de intereses moratorios superiores a los intereses básicos que rijan en cada momento en el mercado hipotecario”. “La concepción de los intereses moratorios como una sanción o pena por el incumplimiento de la obligación de pagar las cuotas del préstamo hipotecario carece de sentido en la actualidad”, añade.
“La inmensa mayoría (por no decir la totalidad) de las personas que dejan de pagar un préstamo hipotecario lo hacen sin ningún tipo de culpa por su parte. Lo hacen porque han perdido su trabajo y están en el paro, sin que exista ninguna posibilidad de volver a encontrar otro, o porque les han reducido sustancialmente su salario”, argumenta el letrado.
Y no se corta un pelo para echar la culpa de todo a los bancos. “Y lo llamativo del asunto es que esa pérdida de trabajo, que es la que provoca el impago del préstamo hipotecario, no solo no es culpa del prestatario, sino que en realidad es imputable en gran medida al prestamista, esto es, a las entidades financieras, que fueron quienes, con su desmedido afán de aumentar su negocio y sus beneficios, contribuyeron decisivamente a la situación de crisis y recesión que se vive en este país y en el mundo entero”, concluye.