jueves, 11 septiembre 2025
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El protocolo familiar, clave para asegurar el relevo generacional en las empresas

Solo un 30 % de los negocios familiares logran una sucesión exitosa

En España, cerca del 90 % de las empresas tienen carácter familiar. Sin embargo, solo una de cada tres consigue completar con éxito el relevo generacional. Las causas van desde la falta de planificación hasta los conflictos internos y la resistencia al cambio. Ante esta realidad, los expertos recomiendan incorporar desde la primera generación un protocolo familiar que establezca reglas claras para el traspaso del negocio.

Desde el despacho jurídico AF Legis alertan de que muchas empresas fracasan por no anticipar la transición. La experiencia demuestra que el traspaso improvisado entre generaciones conlleva tensiones, luchas de poder y decisiones poco sostenibles. Como explica el abogado Jorge Fernández, la solución pasa por contar con un documento que fije la hoja de ruta del traspaso, los roles familiares y los mecanismos de continuidad. El protocolo de empresa familiar, según el Instituto de la Empresa Familiar, es un instrumento estratégico esencial para regular relaciones, responsabilidades y procesos de sucesión.

Este protocolo, además de anticipar conflictos, protege la estabilidad de la compañía ante divorcios, fallecimientos o reestructuraciones, preservando el control en manos del núcleo familiar.

Datos clave del informe

1,1 millones de empresas familiares en España
89 % del tejido empresarial español
Solo un 30 % culmina con éxito el relevo generacional
Causas principales del fracaso: conflictos internos, falta de protocolo, exceso de confianza
El protocolo regula roles, decisiones, sucesión y protección del capital

¿Qué es un protocolo familiar y para qué sirve?

Es un documento pactado entre socios familiares que regula el funcionamiento del negocio, los criterios de sucesión y las responsabilidades de cada miembro para evitar conflictos y proteger la continuidad.

¿Cuándo se recomienda elaborarlo?

Idealmente desde la primera generación, antes de que se inicie el relevo. Su aplicación es preventiva, no reactiva, y se adapta a la estructura de cada empresa familiar.

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AF Legis subraya la utilidad del protocolo familiar para evitar conflictos en la sucesión empresarial

El tejido empresarial español está formado, en gran medida, por empresas familiares y pymes. Según el informe más reciente del Instituto de la Empresa Familiar, 1,1 millón de las empresas españolas son negocios familiares, el 89% del total de las empresas españolas. Sin embargo, uno de los desafíos más importantes a los que se enfrentan actualmente es asegurar un relevo generacional exitoso. Tal como advierte Jorge Fernández, socio del despacho de abogados AF Legis, “la transición entre generaciones rara vez es sencilla, y solo una de cada tres familias consigue culminarla con éxito”.

En base a la experiencia de esta firma jurídica con sede en Barcelona, los expertos advierten que solo un tercio de las familias consiguen el éxito en el relevo generacional. Fernández señala que “que el fracaso en la sucesión de estas empresas se debe a una combinación de factores que incluyen falta de planificación, conflictos familiares, ausencia de protocolos claros y resistencia por parte de la generación saliente a ceder el control de la compañía”. Esta realidad, explican, supone una amenaza directa para la continuidad de miles de negocios y, por extensión, para el conjunto de la economía española.

El traspaso de las empresas familiares, una fuente de conflictos

Uno de los principales escollos que se observan en los procesos de sucesión es la falta de voluntad para alcanzar acuerdos entre las partes implicadas. “Muchas veces, quienes han constituido una empresa que se ha convertido en el día a día de sus familias, no encuentran el momento de dejar en manos de la siguiente generación el control y la gestión, tanto a nivel interno como externo, del rumbo de la compañía”, apunta el socio de AF Legis.

La tensión que acarrean estas situaciones, relata el experto, puede desembocar en conflictos familiares que, en muchos casos, suponen la caída de las empresas. Disputas entre hermanos por la gestión de la empresa, lucha de egos, pulsos por lograr un mayor reconocimiento y, en consecuencia, una mayor retribución, son algunas de las “guerras” más habituales.

Por último, los expertos también hacen hincapié en la importancia de que las nuevas generaciones tomen el timón con humildad y conscientes de su inexperiencia. “Considerar que una empresa en funcionamiento, saneada, con beneficios, es fácil de gestionar, orillando todo el buen hacer y la experiencia de quienes han sabido planificar un proyecto empresaria, es un gran error”, advierte Fernández. “Es vital evitar minusvalorar la formación, dedicación, aptitudes y actitudes necesarias para gestionar adecuadamente una compañía” añade.

La utilidad del protocolo familiar

Ante este tipo de situaciones, desde AF Legis recomiendan una solución preventiva: la elaboración de un protocolo de empresa familiar. Se trata de un documento que recoge acuerdos y medidas suscritas entre los socios – unidos por lazos de parentesco– con el objetivo de establecer reglas claras de funcionamiento, reparto de responsabilidades y toma de decisiones.

Así queda recogido en el Real Decreto 171/2007, del 9 de febrero, cuyo objetivo es “regular las relaciones entre familia, propiedad y empresa que afectan a la entidad”. Este protocolo, indican los expertos, “aborda pactos con contenido del derecho de familia, del derecho de sucesiones y del derecho societario”. Fernández insiste en que es una gran herramienta para asegurar la continuidad de la compañía “evitando así que, por azar, separaciones, divorcios o defunciones, el capital social termine en manos ajenas al núcleo familiar”.

Este documento, además, constituye la vía para establecer mecanismos que determinen las responsabilidades y el rol de cada miembro de la familia, los criterios y tempos para culminar la sucesión de forma ordenada y las consecuencias de un hipotético incumplimiento. “Es aconsejable asesorarse por expertos y desarrolla un buen protocolo para asegurar la continuidad de estas empresas ya que, a fecha de hoy, solo un 30% sobreviven”, sentencia Fernández.

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