MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) –
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, asegura que España está en una situación «difícil», que la economía podría entrar en recesión «el año que viene si hay una recesión global» y que la recuperación «costará tiempo y esfuerzo». No obstante, recalcó que su Ejecutivo no sólo ayudará al ciudadano con la crisis, «también apoyará a la industria».
En una entrevista publicada hoy en ‘Público’ y recogida por Europa Press, Rodríguez Zapatero reconoció que la situación económica de España es «difícil», pero apuntó que «si hacemos las cosas bien», podremos recuperarnos «en un tiempo razonable». «La recuperación va a costar esfuerzo y tiempo, pero en mi opinión tenemos las bases para que el sistema recupere la normalidad con las medidas», aseveró.
Señaló que el Gobierno avalará a la banca nacional porque así lo están haciendo otros países europeos e insistió en que nuestra banca es una de las más sólidas del mundo. «Lo que estaba pasando es que los bancos no prestaban dinero. Una cosa es que nuestros bancos sean solventes, que lo son, y otra cosa es que presten dinero, o que consigan dinero en otros bancos», aclaró.
«Un banco es un negocio, no es una ONG, y el negocio del banco es prestar dinero. Pero había una parálisis absoluta. Ahora ya es está desbloqueando la situación poco a poco», dijo el presidente, quien adelantó que su Ejecutivo pedirá a los bancos «que reactiven los créditos en el momento en que se restituya su liquidez».
Rodríguez Zapatero reconoce que invierte en fondos de inversión y que está «absolutamente tranquilo» y apunta también en la entrevista que «todo el mundo dice que fue un error no ayudar a Lehman Brothers».
Sobre los elevados sueldos que cobran algunos directivos, apuesta por «regular y poner límites a los incentivos y las retribuciones», que a su entender «han sido escandalosos».
Respecto al Fondo Monetario Internacional (FMI), Zapatero asegura que es necesario encomendarle «otro mandato» y cambiarle «su paisaje, naturaleza y funciones».
Considera que la globalización sin «regulación» puede tener «efectos desastrosos» y que la izquierda debe demostrar «que el papel de lo público es imprescindible».