Una familia con uno o dos miembros, sin hijos menores, con vivienda en propiedad, en la que la mujer continúa realizando las tareas del hogar y en donde la crisis económica se ha dejado sentir, aunque de forma mucho menor que en el resto de España.
Estos son algunos de los rasgos que caracterizan hoy en día a las familias navarras según el estudio realizado por el Gobierno de Navarra como paso previo a la elaboración de un plan de actuación que oriente las políticas públicas diseñadas en este ámbito y que refleja la "profunda transformación" de los hogares navarros en la última década.
Este análisis, que ha sido conocido por los miembros del Ejecutivo foral durante su sesión ordinaria, aporta otros cambios sociales significativos como son el descenso (un 23,7%) del número de matrimonios, el aumento de las separaciones y divorcios (por cada dos matrimonios celebrados en 2012 hubo una disolución), el progresivo retraso de la edad de maternidad (actualmente a los 32 años), la disminución del número de hijos por mujer (1,46 frente a los 2,1 que aseguran el relevo generacional), el aumento de la población por el fenómeno migratorio (Navarra tiene un 15% más de población que hace una década) o el incremento de la emancipación de los jóvenes de entre 30 y 34 años, de los que el 82% vive fuera del hogar paterno.
Según los datos aportados en rueda de prensa por el consejero de Políticas Sociales, Íñigo Alli, el número de hogares se ha incrementado en Navarra un 31,7% en estos años, pasando de los 188.772 de 2001 a los 248.596 de 2011. De ellos, el 28,2% están formados por dos adultos sin menores y el 24,5% por una única persona, que en su mayoría es una mujer mayor de 65 años.
El número de miembros por hogar ha pasado de los 2,9 registrados en 2001 a los 2,6 de 2011, un descenso del 10,4%. Asimismo, los hogares en los que hay presencia de menores han disminuido un 8% en esta década, en 2001 representaban el 34,6% del total y en 2011 el 26,4%. Por su parte, las familias numerosas alcanzan, según datos de 2011, el 4,10% del total y las parejas de hecho el 11,10%.
El estudio también recoge el proceso de envejecimiento que experimenta la sociedad navarra en este periodo, donde las personas con más de 65 años representan el 20% del total y el grupo de personas muy mayores (de 80 y más años) se incrementa con ritmos más elevados que el resto de grupos de edad. En este sentido, cabe destacar que Navarra es la región europea con mayor esperanza de vida al nacer para los hombres, 81,1 años, y la séptima para las mujeres, con 86,5.
La familia continúa siendo con diferencia el aspecto de la vida más valorado por los ciudadanos, incrementando en los últimos años su nivel de estima. De este modo, según el CIS, la ciudadanía española puntuaba con un 9,57 sobre 10 la importancia de la familia en 2008 y el año pasado esta nota aumentó hasta el 9,68, por encima de otros aspectos como el trabajo (8,88) -que también incrementa su valoración-, las amistades (8,1) o el tiempo libre (7,76) que disminuye su nota.
El diagnóstico elaborado por el Departamento de Políticas Sociales también hace referencia a los modelos ideales de familia según los roles y responsabilidades que la pareja desempeña en el terreno laboral y familiar. De acuerdo con el CIS, se observa cómo en los últimos años se ha incrementado el número de personas que prefieren un hogar igualitario donde los dos miembros de la pareja trabajan y se reparten las tareas domésticas y el cuidado de los hijos. Así este ideal de familia era el preferido en 1994 por el 52,6% de la población y ahora por el 68,8% de la población. Por el contrario, ha descendido la preferencia por el modelo familiar en el que solo trabaja el hombre y la mujer se queda en el hogar, situación que fue seleccionada por el 22,5% en 1994 y por el 11,9% actual.
Estos datos contrastan, no obstante, con la realidad del reparto de tareas en el hogar y el cuidado de los hijos según el sexo. La encuesta de empleo del tiempo realizada por el Instituto Navarro de Estadística señala que en la Comunidad Foral las mujeres dedican cada día 91 minutos más que los hombres a las tareas del hogar. También se constatan diferencias en el tipo de trabajo que unas y otros realizan. Un porcentaje mayor de hombres ejerce actividades relacionadas con la jardinería, el cuidado de animales y el bricolaje; y las mujeres se centran más en el cuidado de los niños, la confección y cuidado de la ropa, y las actividades culinarias.
Este estudio sobre el contexto sociodemográfico de las familias también hace referencia a cómo los hogares navarros se han visto afectados por la crisis económica. Para ello se emplea la tasa AROPE, un indicador europeo muy utilizado en los últimos años para medir la tasa de pobreza.
Su análisis confirma una tendencia de crecimiento de la pobreza en todas las comunidades españolas, si bien Navarra presenta la tasa más baja del Estado en el año 2010, tanto si se toma en consideración el umbral regional como el nacional. Según el tipo de hogar, los más afectados son los monoparentales con hijos dependientes, los unipersonales y el resto de hogares con hijos dependientes.
En cuanto al mercado de trabajo, según los datos de la EPA del último trimestre de 2013, el 27,4% de los hogares activos navarros tenían al menos una persona en paro, el 10,9% tenían a la persona de referencia desempleada y el 11,7% a todos sus activos parados.
Además, en el 2,63% de los hogares conviven pensionistas con personas desempleadas, en el conjunto de España es el 3,22%. Este dato demuestra, unido a los anteriores, el aumento significativo del número de personas que dependen de las pensiones por jubilación, “lo que manifiesta la importancia de la familia como uno de los recursos de amortiguación más importante para hacer frente a las consecuencias de la crisis”, según el diagnóstico realizado.
El estudio también refleja el “impacto positivo” que los programas de rentas mínimas (como la Renta de Inclusión Social) tienen en la disminución de la población afectada por la pobreza más severa. De esta manera, las comunidades con mayor cobertura en estas ayudas cuentan con una menor tasa de pobreza severa, destacando entre ellas el País Vasco y Navarra.
Finalmente, en cuanto a los problemas económicos de los hogares, el análisis se centra en la capacidad para afrontar gastos imprevistos, los retrasos en el abono de pagos relacionados con la vivienda principal o en la gran dificultad para llegar a fin de mes. En estos tres aspectos Navarra es la comunidad española que mejores datos arroja, superando ampliamente la media nacional. En concreto, el 24,2% de los hogares no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos, frente al 40,9% nacional; el 2,8% sufre retrasos en el abono de pagos de la vivienda, cuando en el conjunto de España es el 9,2%; y el 4,7% de los hogares tienen muchas dificultades para llegar a fin de mes, frente al 16,9% nacional.
Familia y vivienda
En cuanto a la vivienda, el 82,4% de los hogares en Navarra disponen de una vivienda en propiedad (la media estatal es del 85%) y la Comunidad Foral es, junto con Castilla La Mancha, la
región donde más ha crecido el número de viviendas principales en alquiler en la última década, pasando del 7,7% en 2001 al 10,9% en 2011.
La emancipación de la población joven era uno de los objetivos que se marcaba el anterior plan de apoyo a la familia, de 2001. En este sentido, cabe destacar que según datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España del año pasado, Navarra es la comunidad española con mayor tasa de emancipación residencial de jóvenes de entre 30 y 34 años, el 82%.
El diagnóstico presentado por el consejero Alli reconoce que la llegada de personas extranjeras ha sido el principal cambio de la realidad sociodemográfica de Navarra y de España en los últimos quince años.
Según el censo, la población de Navarra en 2011 era de 640.129 personas, 84.300 más que diez años atrás, lo que en términos relativos representa un 15% más de población. Así, frente al 5,3% de población nacida en el extranjero en 2001, en 2011 se alcanzó el 13,6%.
En cuanto a la distribución por edades, 2011 nos sitúa frente a un mayor porcentaje de población joven que 2001. A esta situación ha contribuido sin duda, según el estudio, la población extranjera, que ha aportado en promedio durante los años 2001 a 2011 un 17% de la natalidad.
