Madrid. Renta Corporación parece tener prisa por salir del concurso en el que acaba de entrar, quizá sin valorar en exceso la procelosa tramitación que conlleva un procedimiento de estas características, ampliamente pautado con mil y una actuaciones hasta que, al final del mismo, se determine si se sale airosamente del mismo con un convenio aceptado por los acreedores o, si por el contrario, en el peor de los casos y desgraciadamente mayoritario, esto no se consigue y no queda otra que abordar la liquidación de la empresas.
A tenor de lo que se deduce del hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), dando cuenta de los pormenores de la decisión tomada de entrar en concurso y de la viabilidad que, a juicio de la empresa, existe, da la impresión de que la salida al concurso será rápida.
El grupo inmobiliario espera que se levanten los efectos de la declaración de concurso “a la mayor brevedad”, para lo cual presentará a los acreedores una propuesta de convenio. "La propuesta contempla la reestructuración a largo plazo del resto del pasivo del grupo, a fin de obtener el tiempo suficiente para generar los recursos con los que poder hacer frente, al menos parcialmente, a dicho pasivo”, dicen en el hecho relevante.
¿Y cómo? Pues con la misma estrategia seguida en los meses previos a la entrada en concurso. Daciones y más daciones en pago de sus activos. La inmobiliaria considera que este tipo de operaciones le permitirá reducir su elevado endeudamiento financiero, garantizar su viabilidad y abandonar el concurso de acreedores. Se reducirán las deudas gracias a “la dación en pago o cesión a los acreedores con privilegio especial de los activos inmobiliarios que garantizan sus posiciones”. O sea, más de lo mismo.
El mismo artificio contable contemplado en el acuerdo de refinanciación firmado hace menos de un año, y que sirvió para dar la impresión de que todo marchaba viento en popa, con esos casi cuatro millones de beneficios obtenidos en 2012, cuando la realidad decía que los ingresos reales, al margen de estas operaciones, superaba ligeramente los 15 millones, un 50% menos que en 2011.
Renta Corporación pidió el concurso de acreedores a mediados de marzo debido a "tensiones de tesorería", con una deuda total de 202 millones de euros y activos por cerca de 160 millones de euros.