Madrid. Parecían inevitables que surgieran tensiones en el seno de la Sareb, y no han tardado en aparecer. Lógico cuando los accionistas de este banco malo español juegan con dos barajas diferentes. La suya propia y la que les ha obligado el Gobierno para entrar en esta sociedad.
Porque, no nos engañamos, aquí un mercado, el mismo para todos, y todas esas entidades financieras ‘buenas’, como la propia Sareb, albergan en sus balances un sinfín de inmuebles a los que tiene que dar salida, si es posible, sin más rebajas de las ya contempladas a través de las provisiones recogidas en los dos Reales Decretos del Gobierno, para no echar por tierra las previsiones que se han hecho.
Ni ese plan de negocio que, supuestamente, el equipo directivo pretende externalizar –para qué diablos les han nombrado entonces– ni las exigencias que se están negociando para que los fondos extranjeros entren en el capital, parecen ser del agrado de los bancos que ya forman parte del accionariado de la Sareb, como se pudo comprobar en el consejo celebrado el pasado lunes.
Un plan de negocio en el que cabría la posibilidad de modificar algunos aspectos del diseñado hace dos meses por asesores externos, el Ministerio de Economía, el Fondo de Reestructlidauración (Frob) y el Banco de España, y con el que los actuales accionistas entraron hace un mes en la sociedad.También se está barajando que se ralentice el ritmo de venta de los activos y los plazos de amortización de la deuda avalada emitida por Sareb.
Y todo esto en medio de las negociaciones con nuevos inversores –se habla que las eléctricas ultiman su entrada– para atraer a los inversores coincidiendo con esos 16.000 millones adicionales que se integrarán el próximo 28 de febrero. Los procedentes de las entidades encuadradas dentro del Grupo 2.
En esas negociaciones, fondos extranjeros como Cerberus y otros pretenden una opción preferente de compra sobre los activos más líquidos y de más calidad. Y claro, los Santander, Caixa, Sabadell y demás han dicho que nones, que todos en las mismas condiciones.