Madrid. Se supone que es una reunión sin publicidad, pero de lo que se comente en la vídeoconferencia de urgencia que a primero hora de la tarde van a celebrar los ministros Economía de los países del G-7 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Inglaterra, Alemania, Francia e Italia) están pendientes los mercados, para conocer las inquietudes de estas grandes potencias sobre las grandes dudas que se ciernen sobre el sistema económica mundial, como son las elecciones de Grecia del próximo 17 de junio y la posibilidad de que España obtenga o no fondos para rescatar sus entidades financieras, por una vía o por otra.
Entre las preocupaciones existentes las derivadas de la debilidad en algunos de los bancos en Europa, de su falta de capitalización y de la insuficiente capacidad de respuesta demostrada por algunos de los Gobierno de los países de la zona euro para poner los cortafuegos adecuados. Además, en el caso concreto de España, la situación provocada por la nacionalización de Bankia ha aumentado los temores a que se produzca una posible fuga de depósitos con repercusiones más allá de la eurozona.
Estados Unidos, en año electoral, no quiere que la crisis de deuda europea salpique al otro lado del Atlántico, y en esa presión hacia los países del euro para que arreglen sus problemas cuenta con Japón como aliado. El escepticismo de los mercados –hoy está siendo una prueba evidente, nadie compra y apenas nadie vende– parecen dar la razón a ambos países sobre la inoperancia de las medidas tomadas hasta ahora.
Las presiones de Japón vienen motivadas por el lastre que para su recuperación supone que su divisa, el yen, se haya convertido en moneda refugio ante los problemas en Europa. A favor de dar el salto que deje atrás la crisis y la parálisis europea Reino Unido hizo recientemente un llamamiento a través de su primer ministro, David Cameron, para tomar decisiones dirigidas a alcanzar una mayor unión fiscal europea.
La inhabitual teleconferencia se celebra también para atar cabos de cara a la reunión del G-20 (grupo del que forman parte los del G-7 más Rusia y las economías emergentes) que se celebrará en Los Cabos (México) los días 18 y 19 de junio, en la que el principal tema de la agenda es la salida de la crisis.