Madrid. Riofisa, la filial de centros y parques comerciales de Inmobiliaria Colonial, sigue de capa caída. Hoy vale apenas 250 millones de euros, un 87% de los 2.000 millones que en 2007 pagó la compañía controlada por La Caixa a la familia Losantos. Si Colonial quisiera vender ahora, la operación generaría unas minusvalías de unos 1.750 millones de euros, aunque es una opción que dejó de plantearse hace un año cuando se alcanzó un acuerdo para la refinanciación de su deuda.
Precisamente fue la imposibilidad de hacer líquido el activo de Riofisa lo que provocó que se forzara a abrir una nueva negociación que culminó en febrero de 2010. Hasta ese momento, la compañía sólo había logrado la venta del centro comercial Príncipe Pío, adquirido por la holandesa Corio por 125 millones de euros.
En virtud del nuevo acuerdo de refinanciación, Riofisa pasó a formar parte de Colren, la instrumental registrada por Colonial para incluir los activos relacionados con la promoción residencial, suelo y centros comerciales. De acuerdo con la valoración de activos recogida en la memoria de Colren, la aportación de Colonial a la sociedad, consistente en el 100% de las acciones de Riofisa, a través de una ampliación de capital, se valoró en 260 millones de euros, que también cubrían la aportación de la sociedad Inmocaral Servicios.
En su día, Colonial recibió diversas propuestas para hacerse con Riofisa, aunque terminó por no aceptar ninguna, al considerar que el precio que ofrecían por ella no se adaptaba a su auténtico valor. De hecho, la consultora Richard Ellis, a la que se encargó la operación, revocó el mandato debido a que las circunstancias del mercado la hacían inviable y se centró en la del centro comercial Príncipe Pío, que finalmente sí salió adelante.
Las últimas propuestas llegadas hasta la mesa de Inmobiliaria Colonial se situaban entre los 500 y los 600 millones de euros, algo por debajo de lo que quería ingresar la inmobiliaria por su filial de centros comerciales, en torno a los 800 millones de euros.
La operación de compra de Riofisa forma parte de los procedimientos judiciales que está llevando a cabo Inmobiliaria Colonial contra los anteriores administradores de la compañía, encabezados por su ex presidente Luis Portillo, al considerar que el elevado precio de la adquisición causó un claro perjuicio patrimonial a la compañía cotizada.
En su día, uno de los problemas con los que se encontró Colonial cuando quiso deshacerse de Riofisa fue el hecho de que el potencial comprador debería añadir a la cantidad desembolsada por la empresa otra adicional para desarrollar los numerosos proyectos con los que cuenta pero que se encuentran aún en fase de inicio o muy poco desarrollados.