De la remodelación de la colonia Los Olivos, en el distrito madrileño de Latina, se lleva hablando toda la vida. Casi desde que se construyeron en la década de los años cincuenta del pasado siglo, mediante donación efectuada por la argentina Eva Perón, debido a las deficiencias estructurales y a los materiales con que fueron levantados.
Pero será ahora, en esta primera semana de 2016, cuando, una vez concluida la fase de adecuación de los bloques declarados en ruina, se proceda a la demolición de los antiguos edificios que todavía están en pie entre las calles San Fulgencio, San Canuto, San Timoteo y San Benigno.
Además de los edificios ya construidos en la fase 1, donde se reubicarán a los vecinos de las casas que se van a demoler, en los solares que queden libres el Ayuntamiento, a través de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) ha proyectado la construcción de nuevas viviendas protegidas.
La colonia de Los Olivos se acometió de prisa y corriendo para responder de manera rápida a los movimientos migratorios del medio rural a la capital de España en las décadas siguientes a la Guerra Civil española. Casi 300 viviendas de titularidad pública que han albergado durante más de 60 años a más de 1.000 vecinos, que pagaban unas rentas mínimas a la EMVS.
Por ello, se caracterizan por la deficiente ejecución y la mala calidad de los materiales que, con el paso del tiempo, no han hecho sino acentuar esas deficiencias hasta convertirse en serio riesgo para sus ocupantes al verse afectados también los cimientos y estructuras.
El Ayuntamiento de Madrid, que lleva una década trabajando en el ámbito de 12.300 metros cuadrados, ya llevó a cabo la promoción, a través de la EMVS, de un primer bloque de 53 viviendas.
Para renovar el ámbito, se redactó un proyecto de urbanización con un presupuesto de 1,8 millones de euros, que planteó una nueva ordenación de los espacios de la colonia, para mejorar su accesibilidad y calidad ambiental, así como para dotarla de equipamientos de los que carecía, como zonas verdes o áreas de juegos infantiles.
También se ha procedido a renovar las infraestructuras, muchas de ellas obsoletas y fuera de la normativa actual, atendiendo a la demanda que surgirá de las mejores condiciones de habitabilidad de los nuevos edificios a construir.
De la remodelación de la colonia Los Olivos, en el distrito madrileño de Latina, se lleva hablando toda la vida. Casi desde que se construyeron en la década de los años cincuenta del pasado siglo, mediante donación efectuada por la argentina Eva Perón, debido a las deficiencias estructurales y a los materiales con que fueron levantados.
Pero será ahora, en esta primera semana de 2016, cuando, una vez concluida la fase de adecuación de los bloques declarados en ruina, se proceda a la demolición de los antiguos edificios que todavía están en pie entre las calles San Fulgencio, San Canuto, San Timoteo y San Benigno.
Además de los edificios ya construidos en la fase 1, donde se reubicarán a los vecinos de las casas que se van a demoler, en los solares que queden libres el Ayuntamiento, a través de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) ha proyectado la construcción de nuevas viviendas protegidas.
La colonia de Los Olivos se acometió de prisa y corriendo para responder de manera rápida a los movimientos migratorios del medio rural a la capital de España en las décadas siguientes a la Guerra Civil española. Casi 300 viviendas de titularidad pública que han albergado durante más de 60 años a más de 1.000 vecinos, que pagaban unas rentas mínimas a la EMVS.
Por ello, se caracterizan por la deficiente ejecución y la mala calidad de los materiales que, con el paso del tiempo, no han hecho sino acentuar esas deficiencias hasta convertirse en serio riesgo para sus ocupantes al verse afectados también los cimientos y estructuras.
El Ayuntamiento de Madrid, que lleva una década trabajando en el ámbito de 12.300 metros cuadrados, ya llevó a cabo la promoción, a través de la EMVS, de un primer bloque de 53 viviendas.
Para renovar el ámbito, se redactó un proyecto de urbanización con un presupuesto de 1,8 millones de euros, que planteó una nueva ordenación de los espacios de la colonia, para mejorar su accesibilidad y calidad ambiental, así como para dotarla de equipamientos de los que carecía, como zonas verdes o áreas de juegos infantiles.
También se ha procedido a renovar las infraestructuras, muchas de ellas obsoletas y fuera de la normativa actual, atendiendo a la demanda que surgirá de las mejores condiciones de habitabilidad de los nuevos edificios a construir.