Alcobendas (Madrid). Hemos hablado del error de los que dicen que la Banca hace competencia desleal al vender los inmuebles que deberían vender promotores y agentes inmobiliarios, pero terminábamos advirtiendo que, cuando la crítica se expresa en forma distinta: “la Banca hace competencia desleal a los Promotores y a otros, cuando vende sus inmuebles adjudicados en “condiciones financieras privilegiadas”, la crítica adversa era mucho más aguda y sostenible. Veámoslo ahora.
Cuando la crítica se afina, ya no se discute si la Banca debería o no vender inmuebles pues la realidad emergente ha aplastado esta creencia debido a que aquélla ya lo está haciendo y con la mayor intensidad posible. Así que la crítica se desplaza a las condiciones de competencia con otros vendedores de inmuebles. Ahora, se dice, la Inmobanca tiene una actuación desleal porque no compite en las mismas condiciones que el resto. Pero… ¿Quiénes son el resto? Pues básicamente, Promotores, Agentes Inmobiliarios, Portales WEB, Inversores y Particulares… Gente muy diferente ¿verdad? Así que: ¿cómo pretender igualdad en las condiciones en las que se mueven? Por el contrario, la Competencia es extraordinariamente distinta para todas ellas porque todos esos protagonistas parten de situaciones, medios, conocimientos, relaciones, influencias, recursos, etc., muy, muy, diferentes. No es la igualdad para todos sino la desigualdad de todos, lo que produce el mercado, así que vaya olvidándose de la igualdad en este campo de la actividad humana. Pero es que las reglas del juego deberían ser iguales para todos, se nos dirá. Y no digo yo lo contrario sino lo distinto, pues en mi opinión y en la de muchos según creo es que un cierto número de normas mínimas deben de regular el mercado, pero después de éllas… debe de cesar el Regulador y reinar la Iniciativa.
¿Pero y en los casos en los que la Inmobanca compite facilitando financiación a sus clientes que luego niegan a los clientes posibles que traen otros? Pues, salvo la importantísima excepción que señalamos hacia el final, debida al origen y supuesto destino del capital recientemente adquirido por la Inmobanca, tampoco. Veámoslo
En la Venta Inmobiliaria, la Financiación de la Operación es una de las características de la Oferta, con la misma potencia como lo son el Precio, el Producto, la Promoción, los Canales de Distribución, etc., y por tanto cada empresario la dispone en la forma que puede y sabe. Por eso, que unos empresarios puedan añadir a la Oferta esa característica y otros no, o puedan aportar una facilidad distinta que otros no pueden, eso no puede resultar criticable de una forma genérica. Sólo si esto resultase enormemente dañino para algunos de los Competidores podría el Regulador actuar al constatar un abuso de mercado… y parece que nadie ha formalizado una tal denuncia. Pero esta parte del argumento se une con la excepción anunciada así que cuando tratemos de élla continuaremos el razonamiento.
Pero además: ¿Es que no hay más vida comercial más allá de la Reina Roja Inmobiliaria? ¿Sólo ella representa el problema? ¿No hay acaso más oportunidades de negocio en el Mercado, en el que no choquemos con la Inmobanca? ¿Es que con esa nueva actriz protagonista, no se pueden llegar a acuerdos de colaboración razonable? Y por otro lado, ¿tan seguro es el éxito demoledor que se presupone para élla?
No sé, si en el fondo de la acusación de “deslealtad” no existe una cierta opacidad o resistencia para encontrar o ver nuevas situaciones de negocio en nuestro Sector Inmobiliario, pero bien podría ser así. (y si lo es y no las vemos seguiremos con lo de siempre). Nótese además que mientras estamos lamentándonos, criticando o abroncando a la Inmobanca, se nos pasa un tiempo precioso para la observación y la acción tras nuestros negocios.
Tras lo dicho, los críticos favorables hacia la deslealtad bancaria, ¿deberían de recoger las velas –retirar los argumentos- y aceptar que la competencia “desleal” de la Inmobanca, no tiene ninguna racionalidad? ¡No, pues hay un asunto en el que la crítica es poderosa! Y es aquél que recuerda que gran parte de los actuales recursos de financiación de la Banca se han obtenido en las operaciones de recapitalización que con dinero público las Entidades de Crédito han obtenido. Y cuyo destino compartido –además de su saneamiento- era el que el Crédito y la Liquidez volviesen, al menos en parte, al mercado. Y de este asunto –no de deslealtad sino de imprudencia, y no del beneficiario, la Banca, sino del otorgante, el Gobierno, hablaremos la semana próxima.
¡Siga con cuidado… y como no se puede cambiar este aspecto de la realidad, esfuércese en adaptar su “hacer” para que esa dura realidad le haga el menor daño posible.
Miguel Villarroya Martín
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